El ciclo vital de estos hongos empieza con una espora que germina formando una hilera de células que si encuentran un ambiente favorable crecen formando hileras ramificadas de células alargadas llamadas hifas, las cuales se meten entre el suelo o la madera disolviendo y absorbiendo las sustancias nutritivas. El conjunto de todas las hifas se llama micelio. Las hifas pueden fragmentarse y ser trasportadas por diversos agentes formando nuevos micelios. Las células de los micelios contienen un núcleo, pero llega un momento en que cuando un micelio entra en contacto con otro se intercambian núcleos originando células binucleadas de forma que se obtiene una mezcla genética de los dos micelios. A partir de este momento el micelio tendrá todas sus nuevas células con dos núcleos (binucleado). Cuando el micelio binucleado adquiere un tamaño adecuado puede formar estructuras reproductoras sexuales, las setas, las cuales suelen originarse en tiempos o en zonas  húmedas ya que el hongo no puede mantener la humedad de sus tejidos si el ambiente es seco. La morfología de las setas puede variar mucho, desde simples esferas a estructuras planas sin pie o formas arbustivas pero siendo la forma más típica la de un sombrero soportado por un pie.  Estas setas poseen todas sus células binucleadas, pero es en el tejido fértil (llamado himenio, el cual suele ubicarse entre las laminillas o poros del sombrero) donde estos dos núcleos se fusionan en uno y posteriormente se dividen en cuatro formando cada una de estas células cuatro esporas con características genéticas mezcladas de los dos núcleos parentales. Estas cuatro esporas se mantienen en la superfície de la célula que las ha originado unidas por una fina conexión, formando en su conjunto el basidio. Finalmente estas esporas se desprenden y son trasportadas y el ciclo vuelve a comenzar. A continuación se representa esquemáticamente un ciclo típico de un Agaricomycetes y las relaciones evolutivas entre los órdenes de esta clase.