Los hongos son un reino de organismos con gran cantidad de especies conocidas, aunque se estima que se conocen menos del 10% de todas las especies que posee el grupo, quedando decenas de miles de especies por descubrir. Son organismos omnipresentes en cualquier ecosistema, desde los polos y desiertos más áridos hasta los fondos marinos, aunque suelen pasar desapercibidos debido al tamaño microscópico que tienen.
Poseen una morfología bastante conservada, estando formados por filamentos microscópicos de células que se esparcen sobre el sustrato del cual se alimenta. Estos filamentos son llamados hifas, y forman una red llamada micelio, la cual es el verdadero cuerpo del hongo. Cuando el micelio crece algunas de sus hifas terminan desarrollando estructuras que forman esporas (las más conocidas son las setas), siendo estas estructuras muy variables morfológicamente, y es en ellas donde se observa la gran diversidad que poseen los hongos, ya que la morfología de los micelios es muy similar en los diferentes grupos. Los micelios de los hongos son muy abundantes, por ejemplo cubren los suelos en los cuales hay hojarasca o materia orgánica, se meten en los tejidos de los organismos a los que parasitan, o cubren los alimentos, formando lo que normalmente se llama moho.
La mayoría de los hongos son saprófitos, es decir se alimentan de materia orgánica muerta, pero muchos otros viven en simbiosis con algas (como los líquenes) o son parásitos de animales y plantas. Algunos hongos poseen una importancia clave en el mantenimiento de los bosques, ya que viven en simbiosis con las raíces de los árboles favoreciendo la absorción de compuestos como el fósforo, de forma que sin estos hongos los bosques no existirían o serían muy diferentes a los actuales.
Los hongos son un reino de organismos emparentado con el reino animal ( y no con el reino de las plantas), aunque a simple vista su morfología sea muy diferentes. Los hongos más primitivos poseen esporas con flagelos, capaces de nadar, mientras que los grupos de hongos superiores poseen esporas inmóviles.
Contrariamente a lo que muchos piensan el hongo está formado por filamentos microscópicos, y solo sus estructuras reproductoras son llamativas, como ocurre con las setas. Comparando un hongo con una planta, una seta sería como la flor de la planta, mientras que los filamentos (hifas) serían el cuerpo de la planta. En la siguiente foto podéis ver un micelio de un hongo típico y un cladograma de los grandes linajes de hongos:
Reino: Fungi