Los animales (del latín animalis, que significa con alma) son el reino de la vida con mayor número de especies. Son un grupo que ya
existía en la época Precámbrica y que tras su origen se diversificaron rápidamente formando la mayoría de sus filos. El reino de los animales está estrechamente emparentado con el reino de los hongos, surgiendo de un antecesor común que derivó en dos grandes linajes con formas de vida muy distintas, pero molecularmente muy parecidos. Los animales son pluricelulares, salvo su grupo más primitivo, los coanoflagelados, en el que se observan especies de vida unicelular y otras de vida colonial incluso algunas con diferenciación celular. El siguiente grupo en formarse, las esponjas, son pluricelulares con diferentes tipos celulares pero con una organización todavía muy primitiva. Los siguientes grupos en originarse ya se caracterizan por una elevada diversidad celular, con una increíble comunicación entre las diferentes células de su organismo, ya sea mediante hormonas o a través de los circuitos neuronales, lo que favorece entre otras cosas que la gran mayoría de las especies sean móviles, con una capacidad de desplazamiento que pocas especies de otros reinos poseen. Los animales son organismos heterótrofos, solo capaces de alimentarse de materia orgánica, ya sea viva o muerta, aunque algunas especies viven en simbiosis con algas alojadas en sus tejidos, de las cuales extraen sustancias nutritivas.
Las relaciones evolutivas de los distintos filos pueden
verse en el siguiente cladograma: